Consultas itinerantes

Este viernes han comenzado las consultas itinerantes por la región de Kara. Bassar ha sido la primera ciudad a la que hemos ido. José Luis, Iratxe, Paco León y Antía salimos a las 6 de la mañana para recorrer 83 kilómetros. Nos acompañaron Ida y Emil, dos colaboradores del centro parroquial.

El equipo de la primera consulta itinerante en Bassar.

Allí nos esperaban en la Maison Arnold Janssen para empezar a atender a los pacientes. José Luis nos impactó a todos con su efectividad a la hora de consultar. Empezamos a las 8:30 de la mañana y a las 11 ya se habían atendido a más de 100 personas.

Colas en Bassar. / Antía

A lo largo de todo el día se han hecho 175 consultas, de las que han salido seis personas para operarse de cataratas. Como el quirófano lo tenemos en Kara, los seis pacientes y algún familiar se han venido con nosotros en el camión-ambulancia.

Los pacientes que se vinieron a Kara para ser operados. / Antía

Otra de las sorpresas que nos llevamos fue que los niños de Bassar son del Dépor. Ahí los podéis ver apoyando al equipo para que suba a Primera. 

Togoleses deportivistas. / Emil

Después de comer, los niños nos hicieron un recital de canciones típicas. Se lo pasaron en grande.

Inconvenientes del jueves

Lo normal en un proyecto de este tipo es encontrarse con adversidades, sobre todo de tipo técnico. Y aquí no iba a ser menos.

El microscopio, que llevaba aquí un año sin usarse, tenía las conexiones defectuosas y acabó quemando las bombillas. La reparación fue obra de Paco García. No sólo falló el microscopio. También dieron problemas el faco emulsificador y la lámpara de hendidura. En un principio no estaban en condiciones óptimas, pero el equipo logístico consiguió subsanar todos los inconvenientes.

Mientras tanto, y como la necesidad agudiza el ingenio, la última de las cirugías del jueves se tuvo que terminar iluminando al paciente con los teléfonos móviles porque se había ido la luz.

Mari Mar e Iratxe operando con los móviles. / Carmen

El primer día en el quirófano se hicieron menos cirugías de las previsibles precisamente por estos problemas con el equipamiento.

El retraso en el ritmo de las operaciones se convertía en cansancio. Algunos pacientes que estaban esperando para entrar no pudieron evitar echarse una cabezada, con ropa de quirófano incluida.

Una señora duerme mientras espera para ser operada. / Antía

Otra de las carencias que había era que no había oxígeno para poner la anestesia general a los niños que iban a ser operados. Miguel fue el héroe en esta ocasión, que lo consiguió por sus propios medios. Aquí le tenéis con un chico que padece el síndrome de Marfan, una enfermedad que le hace crecer desmesuradamente. Su hermana también tenía la misma enfermedad y se murió hace poco.

Miguel con el chico con síndrome de Marfan. / Antía

Con la buena noticia del oxígeno podrán operarse a los peques. Un candidato a pasar por el quirófano es Amos, un niño de cinco añitos que tiene un tumor en el ojo derecho desde hace tres. El pronóstico para este niño no es nada bueno, pero se intentará hacer todo lo posible para mejorar su calidad de vida.

Amos Wafoum, de cinco años, tiene un tumor en el ojo derecho. / Antía

A pesar de todo, entre los tres días que lleva funcionando el quirófano se han hecho un total de 55 cirugías.

Viaje a Dapaong

Jesús y Paco León viajaron a Dapaong, una localidad a 250 kilómetros de Kara muy cerca de la frontera con Burkina Faso, donde ya había trabajado Azul en Acción en años anteriores. Fueron a buscar unas conexiones para un faco que se han perdido en la aduana. Salieron a las 5 de la madrugada y a las 14 horas ya estaban de vuelta. Este si que era un camino largo y tortuoso, además de tener que soportar temperaturas que rondaban los 50 grados.

Como podéis ver, no se para de trabajar. Todos y cada uno de los cooperantes aportan mucho día a día.

PD: Un beso para los hijos de José Carlos.